Despedida, ¿por qué no?

Despuntaba ya la noche de aquel Viernes Santo; Salud calle Rosario arriba y mi capa blanca ondeando tras de su paso. Sonó Padre Nuestro... detrás la cruz de guía de las Angustias, y en mi corazón, aquella rabia permanente que ya me había saltado las lágrimas dos veces. No es justo pensé, y automáticamente de nuevo giré mi cabeza por si La veía. No es justo, me repetí. Cuando llegué a la esquina de la calle Veracruz, uno de los cofrades que habían decidido que no había despedida aquel año, metía prisa a los penitentes que se habían quedado rezagados para poder ver a la Señora de las Angustias un año más al despedirse de su Hijo. Pero ese año no fue así. Me sentí en partes culpable de las caras de decepción de la gente que estaba esperando; y en ese instante, me juré a mi misma que haría lo posible para que ese momento se volviera a repetir. Conste que lo he intentado, tanto que era uno de mis proyectos prioritarios cuando me presenté al cargo de hermana mayor hace unos años. Pero las mismas personas que habían decidido que no habría despedida, también habían decidido que yo no sería hermana mayor. Lo que más me fastidia es que en nombre de una hermandad de 1500 hermanos, tomen las decisiones importantes cuatro personas; para bien o para mal del resto, y muevan hilos a su antojo. En fin, cabreándome no consigo nada, pero cuando llegan estas fechas, siempre me acuerdo de las puñaladas que me han dado por la espalda y de todo lo que me pasó (algunos lo sabéis) y cada viernes santo, miro atrás constantemente para ver aparecer a la Virgen por alguna calle. Y en algunas ocasiones, me ronda por la cabeza volver a intentarlo de nuevo... pero por ahora no... quizá en un futuro algo lejano aún.

"Mil gracias a los que me comprendéis. Es que hay cosas que no se olvidan en la vida. Y aunque las heridas se curen... las cicatrices te las ves todos los días"

Este es el llamamiento de una Hermana de la Salud, la cual quiere, como todo Alcalá la Real y todos los Cofrades, que se recupere uno de los momentos mas intensos de toda nuestra Semana Santa. Desde aquí ofrecer nuestro apoyo y mostrar todo nuestro respeto para, que algún día, ese sueño que tenemos muchos de que la despedida vuelva a ser nuestro momento de recogimiento vuelva, y así que nuestras desavenencias se disuelvan para siempre.